Las principales funciones de un procurador son:
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Colaborar con los Órganos Jurisdiccionales en la administración de la Justicia.
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Defender con profesionalidad los intereses de sus representados guardando secreto profesional de la información que éstos les revelen.
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Ofrecer al cliente información objetiva y veraz sobre el desarrollo del proceso judicial.
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Agilizar los procesos judiciales: Seguir los procedimientos desde la demanda y ocuparse de solucionar buena parte de los obstáculos que podrían retrasar la sentencia.
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Responsabilizarse de los tramites: recibir y firmar emplazamientos, notificaciones, citaciones, etc. Asistir a todas las diligencias y actos necesarios en representación de su cliente.
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Transmitir al abogado todas las resoluciones judiciales que firme así como los escritos que presente e igualmente comunicar al cliente las resoluciones judiciales más importantes y los escritos que presente en su nombre.
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Pagar los gastos que genere el procedimiento, administrando la provisión de fondos, excepto la minuta del abogado y peritos.